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El pez luna es una criatura gigantesca y extraña. Casi siempre se le observa nadando en solitario, centenares de kilómetros mar adentro y en dirección desconocida. Sus colosales dimensiones hacen de él el más pesado de los peces óseos sobre la Tierra: llega a medir tres metros de longitud y a superar las dos toneladas.
La imagen de un pez luna junto a un submarinista nos da una idea de sus descomunales proporciones. El pez luna tiene un comportamiento absolutamente pacífico y apenas reacciona a lo que le rodea, tal vez porque su cerebro es tan pequeño como una nuez y no supera los 4 gramos de peso.
Tan escasa materia gris explica su falta de reacción a los ataques o que muera de las formas más insospechadas
Debido a esta falta de cerebro, los enormes peces luna son como grandes asteroides flotando en el océano, pedazos de materia inerte a la deriva. Su piel es un mapa cubierto de cráteres, como el de algunos cuerpos celestes.
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